¿Sirve realmente oler café al elegir un perfume?
Emily EvansCasi todos lo hemos hecho. Estás en una tienda, probás varios perfumes, y alguien te ofrece un frasquito con granos de café. “Para limpiar el olfato”, te dicen.
Es parte del ritual. Entre una fragancia y otra, llega el café como si fuera un botón mágico para reiniciar la nariz. Pero… ¿realmente ayuda?
Esta costumbre nació hace años, probablemente en perfumerías europeas. La idea era sencilla: el aroma del café ayudaría a “borrar” los otros olores y preparar el olfato para seguir probando.
Con el tiempo, el gesto se volvió tradición. Hoy lo vemos en casi todas las tiendas de perfumes, también en Costa Rica. Es agradable, familiar, y hasta da la sensación de descanso entre tantas fragancias.
Pero detrás de esa tradición hay una pregunta que pocos hacen:
¿es ciencia… o solo costumbre?

¿Por qué se huelen los granos de café en las perfumerías?
Oler granos de café entre perfumes es una de esas costumbres que ya se sienten “normales” en cualquier tienda. Muchos creen que el aroma del café limpia la nariz y elimina los olores anteriores. Pero en realidad, eso no sucede.
El café tiene un aroma muy intenso, especiado y profundo. Basta pasar frente a una cafetería para notar lo fuerte que es su olor. Al acercarlo a la nariz después de varios perfumes, no limpia, sino que añade otro aroma poderoso encima de los que ya percibiste.
Los perfumistas coinciden: este hábito se mantiene más por tradición y marketing que por ciencia. Los granos de café crean una sensación de pausa y confort, pero no reinician el olfato. Al contrario, pueden sobrecargar aún más los receptores, haciendo que pierdas sensibilidad y te cueste distinguir los matices reales de la fragancia.
En resumen:
- El café no neutraliza los olores, los bloquea temporalmente.
- Esto puede hacer que solo percibas las notas de salida (las más fuertes y dulces).
- Las notas medias y de fondo, que son las que definen el carácter del perfume, se vuelven casi invisibles.
Por eso muchas personas compran un perfume que les encanta al probarlo, pero al llegar a casa ya no lo reconocen igual. La saturación del olfato —y el efecto del café— cambia totalmente la percepción.
Además, hoy existen muchos perfumes con notas de café en su composición. Oler granos justo antes de probar uno de estos puede confundir todavía más al olfato: las notas se mezclan y el cerebro deja de distinguir dónde termina el café y dónde empieza el perfume.
Así que, aunque el gesto de oler café siga siendo parte del encanto de una perfumería, no ayuda realmente a elegir mejor. Es un ritual agradable, pero no una herramienta efectiva.
Qué hacer en lugar de oler café
Si el café no “reinicia” tu olfato, ¿qué podés hacer cuando los perfumes empiezan a oler igual?
La buena noticia es que hay formas simples y efectivas para recuperar la sensibilidad sin saturarte.
- Respirar aire fresco - lo más fácil y natural.
- Oler tu propia piel - un truco de perfumista: oler la piel en una zona sin perfume (como el brazo o el codo).
- Hacer pausas entre perfumes - probá máximo tres fragancias seguidas, esperá como 20 minutos y luego continuá.
- Usar tiras nuevas o probar en zonas distintas - si estás en una perfumería, pedí nuevas tiras olfativas para cada prueba. Y si querés comparar dos perfumes, usá una muñeca para cada uno.
- Y si igual te gusta oler café... No pasa nada. Olerlo no limpia, pero puede ser parte del ritual.
El café como experiencia, no como herramienta
Aunque el café no “limpie” el olfato, sigue siendo parte del encanto de las perfumerías. Ver un frasquito con granos de café sobre el mostrador da una sensación de cuidado, confort y elegancia. El aroma tostado llena el ambiente y hace que la experiencia de probar perfumes se sienta más especial.
En un país como Costa Rica, donde el café forma parte de la vida diaria, su presencia tiene todavía más sentido. Es un olor que nos conecta con lo familiar: con la cocina de la casa, con la mañana que empieza, con una pausa para conversar. En una tienda de perfumes, ese mismo aroma puede hacerte sentir relajado, cómodo, en tu ambiente.
Por eso muchas perfumerías lo mantienen. No porque ayude a elegir mejor, sino porque crea una experiencia agradable. Oler café puede ser un pequeño ritual, un momento de descanso entre fragancias, una forma de disfrutar más el proceso.

☕ Tip de Aromática:
La mejor manera de elegir un perfume no es con prisa ni con café, sino probándolo con calma, varios días y en tu propia piel. Cada aroma cambia con el tiempo: las notas de salida duran solo unos 15 a 30 minutos, pero el verdadero carácter aparece después, cuando el perfume se asienta y revela su fondo.
Por eso recomendamos probar con decants o muestras pequeñas. Así podés conocer cómo evoluciona la fragancia a lo largo del día, cómo reacciona con tu piel y con tu estilo de vida.
Elegir un perfume es algo personal. No se trata solo de oler bien, sino de sentir que ese aroma te acompaña. 💛